En Machala
estuvimos 5 días, nos trataron como si fuésemos de su familia. A los 2 días de
estar en lo de Galo, llegamos una tarde al taller y estaban Ale y Vanesa (Me
Voy a dar una vuelta), argentinos que
están viajando por el continente en su camioneta. Con Ale hablamos desde hace
un tiempo por Facebook y fue muy bueno poder conocerlos, además tenían mate
jajaj.
Un mediodía,
ya que Tío Galo y su familia no paraba de agasajarnos, decidimos preparar
nosotros el almuerzo, cocinamos entre los 4 unas milanesas a la napolitana con puré,
las cuales a criterio de los argentinos presentes estaban muy buenas, esperemos
que para los ecuatorianos también haya sido así.
Una noche
junto a Galo, Ale y Vanesa nos fuimos a recorrer la ciudad en el auto del Tío,
muy linda por cierto, sobre todo muy limpia y ordenada, aun estábamos
sorprendidos por el orden de las plaza y también principalmente en el tránsito,
después del caos de Perú, Ecuador es como haberse ido a otro planeta.
La ultima
tarde llegó al taller del Tío Galo, José, de Colombia que venía viajando en su
moto y pensaba llegar hasta Perú, muy buena onda este loco con el cual nos
divertimos bastante el poco tiempo que compartimos, ya arreglamos para verlo a
nuestro paso por su país.
También aquí
en Machala pudimos conocer a los Machala Riders, un grupo de motociclistas de
la ciudad, también a viajeros locales como Jonatan y Jonás, con todos ellos
pudimos rodar una noche juntos,
compartir historias y divertirnos muchísimo, también nos dieron una gran
mano con su colaboración con la compra de parches y calcos por lo que estaremos
por siempre agradecidos por todo, en si agradecidos con Machala en general
donde nos han tratado de lujo.
Así llego el
viernes día en que decidimos salir hacia Guayaquil, antes de partir decidí
ponerme a revisar el freno trasero el cual me estaba gastando un poco
desparejas las pastillas, gran error cometí porque al estar desarmando me entro
aire en la manguera del freno por lo que toco drenar y purgar hasta poder
dejarlo bien, esto nos quitó bastante tiempo por lo que se nos hizo el mediodía
y aun seguíamos en el taller de Galo, así que tras la invitación de Idalida,
esposa de Galo almorzamos junto a ella, su hijo Carlos y José de Colombia y
luego si, salimos a la ruta.
Entre las 4
y las 5 de la tarde ya estábamos en Guayaquil donde tratamos de contactarlo a
Fony la persona que nos esperaba pero estaba trabajando y no logramos
localizarlo, como Guayaquil es bastante grande decidimos llamar a Gabriel otra
persona con la cual ya habíamos hablado desde hace un tiempo y estaba
interesado en conocernos, además nos daba un lugarcito para dormir.
Gabriel por
suerte si contestó su teléfono y nos vino a buscar a la estación de servicio
donde estábamos, el freno trasero de mi moto no había quedado bien por lo que
Gabriel nos llevó al taller de Fredy un amigo de él, ahí en 5 minutos nos
solucionaron el problema y además nos trataron con la mejor onda, tal es así
que a la noche fuimos invitados a cenar por Fredy y Gabriel junto a sus
señoras.
La cena
estuvo muy divertida y también riquísima ya que después de un tiempo nos
volvíamos a comer un buen pedazo de
carne parecido al estilo argentino, también después de la cena nos fuimos a
comer un heladito y más tarde a dormir.
Al día
siguiente nos levantamos y a media mañana salimos hacia Santo Domingo, a los
pocos km de salir pasamos por Yaguachi, lugar donde vive y trabaja Lobo
solitario, un motociclista.
Pasamos a
conocerlo por su trabajo y nos dijo si queríamos acompañarlo a su casa a
conocer a su familia. Así fue que lo seguimos y llegamos a su hogar donde nos
recibieron muy bien cómo nos pasa siempre, charlamos un buen rato y más tarde
compartimos el almuerzo. Hacia bastante
calor ese día pero de todos modos tocó seguir después de comer. Sufrimos
bastante las altas temperaturas, buscando cualquier sombra donde parar a
descansar y refrescarnos.
Entre
paradas a descansar y cargar gasolina llegamos a Santo Domingo a las 5 de la
tarde fueron unos 270 km solamente. Ni bien veníamos ingresando a la ciudad
vimos en un hotel a varias motos y a un grupo de personas con el mismo chaleco
por lo que no dudamos en parar, allí entre “Los Bandidos” (nombre del grupo),
estaba Sócrates una persona con la cual ya había estado hablando por Facebook, él
estaba bastante ocupado ese día, pero en seguida se ocupó en llamar a varias
personas para que vengan a recibirnos, la verdad es que nosotros llegamos a
Santo Domingo solamente con un contacto que nos apoyaría en mecánica pero no
sabíamos ni donde nos quedaríamos. Mientas esperamos a esa persona que había
llamado Sócrates empezó a oscurecer pero para nuestra suerte a los pocos
minutos apareció Vidal junto a su novia, quienes sin conocernos se acercaron a
buscarnos. Vidal es miembro del club Soul Bikers de Santo Domingo, grupo que está
en todo el país, ellos estaban reunidos en un lugar bastante descampado al cual
nos llevaron ya que se estaba haciendo un show de stunt (acrobacias en motos),
allí fue que llegamos y nos sorprendimos porque para ser una reunión era
bastante concurrida, ahí nos presentaron a varias personas, entre ellos a El
Gringo Loco, el mecánico que nos estaba esperando para solucionar los problemas
en la moto y también a Peter Santos, presidente del club aquí en Santo Domingo,
también conocimos a muchas otra personas pero sería imposible poder nombrar a
todas.
De ahí nos
fuimos en caravana a un balneario donde iban a hacer la cena más una mención a
todos los motociclistas ecuatorianos que de una u otra manera están
solidarizados con el motoviajero.
Allí
llegamos todos los que estábamos en el show de stunt y también otros que iban llegando de todas partes del
país, uno de ellos era Mario Guaña de Cayambe, otra persona con la que
hablábamos hace rato y esta reunión nos dio la posibilidad de conocerlo antes
de lo planeado.
Así fue
transcurriendo la noche entre charlas, platos, vasos y como dije antes los
reconocimientos a las grandes personas que ayudan día a día en este mundo motociclista.
Cuando llegó
la medianoche muchos se fueron a sus casas, otros (los de otras ciudades) se
fueron a su hotel y unos pocos nos quedamos acampando. Santo Domingo nos trató
muy bien el primer día y no iba a ser el último porque al final nos quedamos
bastante, eso quedara para la próxima!
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