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lunes, 1 de septiembre de 2014

CAPITULO 5

18 De Agosto: dejamos atrás el hermoso pueblo de Santa Ana y la maravillosa provincia de Entre Ríos que tantas experiencias y amigos nos dio. En menos de una hora y media ya estábamos en la YPF de Monte Caseros, lo llamamos a Hugo y en unos minutos apareció a buscarnos en su moto con su hija Lorien, fuimos juntos hasta su casa donde nos recibió con su familia. Como para seguir sorprendiéndonos en este viaje Hugo y su esposa Silvina nos dijeron que el lugar donde dormiríamos seria en su cama ya que ellos dormirían en la habitación de sus hijos junto a ellos, cosa que nos costó aceptar pero estaban firmes en su decisión así que no nos quedó alternativa. Fuimos a recorrer el pueblo en el auto, con Hugo haciendo de guía turístico, dimos unas cuantas vueltas conociendo la costanera, las termas, la estatua de Papa Francisco, un hotel típico de la zona y quizás me esté olvidando de algo, pero lo importante es la actitud de Hugo y Silvina que no solo nos recibieron y hospedaron sino que con la paz y la buena onda que los caracteriza nos mostró cada lugar. Más tarde llego a la casa de Hugo, Rubén Sotelo y su señora, cenamos todos juntos y compartimos lindas charlas y unas cervecitas también, después de cenar nos Rubén se fue ya que al otro día trabajaba al igual que Hugo que se levantaba bastante temprano para entrar al banco, su trabajo. Nosotros nos quedamos en la habitación actualizando la página así que nos acotamos bastante tarde. 19 de Agosto: como nos habíamos dormido después de las 4 am nos costó levantarnos, arrancando el día bastante tarde. Estaba realmente soleado y caluroso así que después de almorzar nos fuimos con Silvina y Lorien a tomar mates a la costanera, muy hermoso lugar en el rio, pudiendo ver en frente las costas uruguayas y Brasileras. A la tardecita como estaba previsto hacer asado le hicimos compañía a Hugo mientas prendía el fuego, al rato llegaron Rubén Sotelo y Daniel Sax, ambos miembros de C.A.M.A.(centro de ayuda al motero en avería) . Al rato ya estábamos con Silvina, Hugo, Rubén, Daniel y nosotros, tomando unas cervezas mientras el asado terminaba de hacerse, realmente salió muy rico a pesar de que Hugo se auto describió como un asador del montón, cosa que no creemos que sea así. Después de la cena, unos duraznos con crema y dulce de leche y con la panza llenita a dormir ya que al otro día saldríamos bien temprano. 20 de Agosto: A eso de las 6 am Hugo nos despertó como le habíamos pedido así que nos tomamos unos mates y salimos rumbo a los Esteros del Ibera que tantas ganas teníamos de conocer, una mañana realmente hermosa con una temperatura que ya a esa hora era agradable, lo que nos hacía suponer que al mediodía iba a ser un infierno y no nos equivocamos, como las cebolla fuimos sacándonos nuestras capas de abrigo, usando la moto de perchero. Llegamos a Mercedes(Ctes) y agarramos el camino de ripio que nos llevaría a Colonia Carlos Pellegrini, un calor casi insoportable, pero la felicidad que teníamos por estar haciendo ese camino, más la expectativa por ver animales hizo que nuestras cabezas se olvidaran del sol, mentalizándonos casi exclusivamente en la fauna del lugar, km a km íbamos sorprendiéndonos con la cantidad de carpinchos, ciervos, chajá, zorros, yacaré, serpientes, aguiluchos, y demás animales que solo conocíamos por fotos e incluso algunos jamás los habíamos visto. Tuvimos la suerte de poder sacarles fotos muy de cerca a cada uno de ellos y cuando decimos cerca es porque realmente fue así, algunas fotos quedaron realmente excelentes dándonos la satisfacción de saber que podemos trasmitirles a todos las bellezas de nuestro país. A eso de las 4 de la tarde ya estábamos en Pellegrini, nos instalamos en el camping, fuimos un rato a la laguna, a juntar leña y a hacer las compras para cenar. La noche estaba espectacular así que nos acostamos en un banco de madera, que anteriormente habíamos llevado hasta el pasto paa poder apreciar el maravilloso cielo, totalmente lleno de estrellas, también nos acompañaban las luciérnagas haciendo que la noche sea perfecta, poco a poco nos fue llegando el sueño así que nos fuimos a descansar a la carpa. Al otro día apenas nos levantamos nos preparamos el mate, compramos unas frutas y salimos a caminar, recorrimos muchos senderos los cuales nos siguieron mostrando la diversidad de animales y plantas, luego, recorriendo el pueblo, conocimos a Tino un habitante de Pellegrini, al cual le preguntamos donde podíamos armar la carpa sin que nos cobren ya que en el camping no había demasiadas diferencias con acampar en cualquier lado. La respuesta de Tino nos dejó maravillados ya que nos mandó a armar la carpa a la casa de Don Tejeira, un Uruguayo amigo suyo que vive a 2 cuadras del camping, también nos ofreció su propia casa pero esta quedaba un poco más lejos, hasta pensó en nuestra comodidad, un maestro! Con la buena noticia de que podíamos acampar gratis, fuimos a hablar con Don Tejeira y tas su aprobación nos dirigimos al camping a buscar todas nuestras cosas para ir a armar campamento a lo de Tejeira. Ya era la tardecita así que armamos la carpa, charlamos un buen rato con Tejeira, luego nos comimos una ensaladita de arroz y verduras bien liviana y BARATA jaja y nos fuimos a dormir a las 21 hs, ya que al otro día se venía un camino muy difícil y arrancaríamos temprano. 22 de Agosto: A las 6 am ya estábamos arriba, desarmamos nuestro campamento, preparamos mate y a armar la moto! En poco más d una hora ya estábamos en el camino, el cual fue mucho más difícil de lo que nos habían dicho, unos arenales inmensos que hacían que la velocidad crucero sea de 20 km/h o menos, tal es así, que a las 12 del mediodía solo habíamos hecho 50 km, el calor insoportable hizo que tuviésemos que parar a descansar varias veces e hidratarnos. Con paciencia y cautela llegamos a ituzaingo, a las 4 de la tarde, fueron 130 km de arena y ripio más unos 30 km de ruta, costó pero valió la pena. En ituzaingo perdimos más de una hora buscando un camping económico y no lo encontramos, así que fuimos a nuestra segunda opción que era contar un poco sobre nuestro viaje y ofrecer publicidad a cambio de la estadía o de algún descuento y gracias a dios lo conseguimos, la gente del camping y cabañas “La Barca” no solo nos hizo un excelente precio sino que también nos dio una habitación, creo que nuestras caras demostraban que necesitábamos una cama después de tan agitado día debajo del sol y luchando contra los arenales en medio de los Esteros del Ibera. Ya instalados, ducha, cena y a la cama, las energías no daban para más! Al otro día nos levantamos temprano y nos fuimos a la playa, dicho sea de paso hermosísimas las playas de ituzaingo, con arena muy clara y el agua casi trasparente a pesar de ser un rio. Por la tarde fuimos a la casa de una motera de ituzaingo, Marian con quien compartimos unos buenos mates y charlas, ella es la organizadora del motoencuentro en esta ciudad. Por la mañ, estando en la playa habíamos comprado una boga a un pescador, así que a la tardecita ya estábamos prendiendo el fuego en la parrilla para cocinarla, le hicimos un adobe con cebolla, perejil, ajo y limón y a cocinarse nomas. Sentados en el quincho de “La Barca” esperamos a q este lista, en poco más de una hora ya estaba para servirse, en realidad una forma de decir ya que con el tenedor la fuimos comiendo poco a poco sin sacarla de la bandeja, realmente nos quedó exquisita, sumando así un pescado más de la zona a nuestro paladar. Después de cenar casi hasta reventar nos fuimos a dormir, esta sería nuestra última noche en Ituzaingó, ya que al otro día arrancaríamos para la provincia de la tierra colorada, Misiones.

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