19 de
Septiembre: Nos levantamos y teníamos ganas de seguir haciendo algo así que
Manuel compro todo para hacer unas milanesas y Pau se puso a cocinarlas,
comimos todos juntos y contentos ya que estaban exquisitas.
El día
estuvo bastante feo así que nuevamente nos quedamos en la casa de Manuel sin
mucho para hacer. A la noche llego un amigo de Manuel que trajo un vacío así
que a prender el fuego para hacerlo a la parrilla, esta vez el que cocinó fue
Manuel, como siempre todo le sale rico, además del vacío hizo unos brochets de
hígado y corazón que estaban para chuparse los dedos, acompañados de unas
botellas de vino y muchas charlas como siempre, quedándonos hasta tarde todos
juntos.
20 de
septiembre: Nos levantamos bien temprano para ir hasta Iguazú a buscar la
encomienda que estábamos esperando hacia unos cuantos días. Llegamos a Iguazú
retiramos la encomienda e hicimos las llamadas a nuestras respectivas familias
antes de abandonar la Argentina por última vez quien sabe uno hasta cuándo.
En menos de
2 horas ya estábamos de vuelta en Ciudad del Este donde nos pusimos a armar la
moto muy tranquilos para salir al otro día bien temprano, mientras alistábamos
nuestras cosas se nos acercó Dara, la hija de Yohana con un regalito para
nosotros, un mono de peluche para que nos acompañe en nuestro viaje así que ahí
nomás lo agregamos a nuestro equipaje.
Al rato vino
Manuel con sus calcomanías recién hechas (la primera vez que las hace) así que
tuvimos el honor de ser los primeros viajeros en recibirlas, automáticamente
fuimos hasta la moto a buscarle un lugar donde pegarla.
A la noche
cenamos todos juntos tomándonos unos vinitos por última vez en Ciudad del este
junto a Manuel y Yohana, como siempre divirtiéndonos mucho, después de la cena
nos fuimos a acostar ya que al otro día íbamos a salir bien temprano porque
teníamos poco más de 600 km hasta Pedro Juan Caballero.
21 de
Septiembre: Nos levantamos a las 5 de la mañana, desayunamos algo y nos
vestimos para salir, por suerte ya habíamos dejado todo listo, solo había que
despedirse de Manuel y Yohana y salir a la ruta, a las 6 ya estamos rodando muy
tranquilos hacia casa de Sabino y Ángela en Pedro Juan Caballero también en
Paraguay.
Como nos
había recomendado Manuel hicimos el camino más largo yendo como para Saltos del
Guairá, pudiendo apreciar hermosos paisajes en este país, el camino con subidas
bajadas y muchas curvas, fuimos muy tranquilos por lo que nos llevó unas
cuantas horas llegar pero como íbamos despacio no nos produjo tanto cansancio
el viaje. Antes de llegar a Pedro Juan entramos en el Parque Cerro Corá, todo
totalmente natural, casi que nos quedamos a acampar ahí mismo pero no queríamos
fallarle a Sabino que nos estaba
esperando.
Por lo
tanto, después del parque solo nos quedaban unos km hasta nuestro destino, al
llegar vimos dentro de la casa de Sabino una Falcon gris por lo que me di
cuenta que era la de Pablo Luna otro viajero Argentino que está retornando de
Alaska así que nos pusimos muy contentos por poder conocerlos y también
sabíamos que le íbamos a hacer miles de preguntas.
Entramos a
la casa y nos recibió Ángela la esposa de Sabino ya que él se había ido junto a
Pablo a comprar algo a la ciudad, así que ahí mismo mientras charlábamos ella
nos preparó unas croquetas y milanesas que dicho sea de paso nos vinieron muy
bien ya que habíamos pasado todo el viaje a mate y frutas únicamente jaja.
Al rato
llego Pablo y Sabino y empezamos a charlar y conocernos, nos dijo que no hacía
falta que armáramos carpa que había una habitación para nosotros así que nos
acomodamos nos duchamos y a la nochecita nos sentamos todos juntos a seguir
charlando y comer una picada que había preparado Ángela.
Al otro día
Sabino nos llevó al shopping cosa que no nos gusta ni un poquito pero allá
fuimos jaja, acompañados de Pablo sin parar de charlar sobre su viaje y
experiencias en los 2 años y 8 meses de travesía.
Por la noche
fuimos a comprar una pizzas con Pablo y Sabino, las más caras de nuestras vidas
y también las más raras ya que el que pidió fue Sabino y al abrir la caja solo
había una con queso, el resto era con carne, cosa rara si las hay. Comimos las pizzas que al tener el
ingrediente carnívoro era realmente una bomba así que con la panza bien llena
nos fuimos a dormir.
23 de
Septiembre: nos levantamos temprano y Sabino nos llevó en su auto a hacer los trámites para nuestra salida del
Paraguay y entrada a Brasil así al otro día solo tendríamos que subirnos a la
moto y partir, hicimos todo bastante rápido y luego junto a Pablo nos fuimos a
recorrer un poco la ciudad y a sorprendernos con sus precios, todo realmente
barato, cayendo en la tentación de comprar un nuevo bolso para la moto ya que
el que estábamos usando a pesar de ser de una excelente calidad no nos era
cómodo para sacar algo en particular de adentro ya que se llenaba tipo
cilindro, ya con el bolso nuevo y con la idea de poder el viejo, que también es
relativamente nuevo volvimos a los de Sabino donde nos esperaban con el
almuerzo.
Después del
almuerzo ya nos fuimos a armar la moto para salir al otro día y probar cómo
funcionaba el bolso nuevo, por suerte después de un rato ya teníamos todo listo
quedando muy contentos con la compra, ahora nos quedaría pendiente encontrar el
lugar donde vender el bolso que veníamos usando hasta ese momento pero ya
encontraríamos oportunidad.
A la noche
cenamos todos juntos y a dormir para salir temprano al otro día.
24 de
septiembre: Nos levantamos antes de las 6 desayunamos junto a Pablo, un café
con leche y sándwich de jamos y queso preparados por Sabino y Ángela y partimos
junto hasta la estación de servicio, tanqueamos las motos y nos despedimos ya
que Pablito estaba volviendo para Argentina.
El cielo
estaba bastante negro pero hacía un calor impresionante por lo que decidimos
viajar sin ponernos lo trajes de lluvia. Al rato como lo esperábamos ya estaba
lloviendo a cantaros, por suerte seguía el calor así que digamos que se
disfrutaba de la lluvia que duraba unos minutos, paraba otros y volvía a
arrancar, fuimos por un camino realmente hermoso en las sierras Brasileras con
mucha vegetación a sus lados, animales, tucanes y todo tipo de cosas, siempre
acompañados por la lluvia y por el calor. Nuestro destino era Bonito a unos 350
km aproximadamente así que fuimos muy tranquilos a una velocidad bastante lenta
pero que nosotros la disfrutamos mucho ya que se puede apreciar todo de otra
manera.
Al llegar a
bonito fuimos a averiguar por un camping y para nuestro presupuesto todo estaba
muy caro así que nos quedamos dando unas vueltas ya que Sabino nos había pasado
el dato de Ademir que nos esperaría a las 3 de la tarde, pero como habíamos
salido bastante temprano eran solo las 11 de la mañana y el calor era
impresionante. En eso estábamos parados con la moto tratando de conseguir unas
frutas o algo fresco y económico, y apareció un señor en su bicicleta,
obviamente hablando en portugués preguntándonos sobre nuestro viaje, como
pudimos nos fuimos entendiendo a tal punto que Walmir, así se llamaba nos invitó
a su casa para hacer tiempo hasta encontrarnos con Ademir. Al llegar a casa de
Walmir nos ofreció un lugar donde poder darnos un baño para refrescarnos ya que
la temperatura oscilaba los 35 grados. Terminamos de bañarnos y para nuestra
sorpresa nos estaba esperando con un plato de comida para cada uno, muy
agradecidos nos sentamos los 3 a comer y mientras pasaba el tiempo cada vez nos
entendíamos más, el nuestro castellano y nosotros su portugués.
Después de
almorzar nos pusimos a jugar al ajedrez y charlar hasta que llegó la hora de
encontrarnos con Ademir así que nos fuimos a la plaza donde habíamos arreglado
vernos, en un rato él ya estaba ahí y nos hizo seguirlo hasta su casa.
Sinceramente con Ademir nos costó muchísimo más entendernos pero si nos dábamos
cuenta de que nos quería ayudar, primero el entendió que nosotros estábamos
buscando un hotel o camping cosa que no era así ya que estaba muy caro, además
para ese entonces ya teníamos la oferta de Walmir de quedarnos en su casa. Como
pudimos nos fuimos entendiendo de a poco hasta que nos dijo que podíamos armar
la carpa en el patio de su casa y que mientras nos tomáramos un café junto a su
esposa. Mientras ella preparaba el café llegaron Victoria y Oscar, amigos de
Ademir, ellos unos señores de unos 60 y tantos años, además de la buena onda
que tenían, también entendían bastante bien el español así que cuando llegaron
nos pusimos a charlar un poco más y ellos le traducían a Ademir que de a poco
iba entendiendo mejor como era el estilo de nuestro viaje, hasta donde pensamos
llegar y como lo vamos haciendo, o sea, trabajando, vendiendo calcos y parches
y haciendo lo que surja para seguir adelante.
Mientras
charlábamos nos comentaron que para conocer el rio también había que pagar si o
si ya que todo está privatizado en Bonito y la verdad que era demasiado costoso
para nuestro presupuesto, nos agarró un poquito de desilusión y Victoria y
Oscar al notar esto nos dijeron que ello Vivian en una chacra a unos 12 km de
la ciudad por camino de tierra la cual se encontraba en medio de la naturaleza
y a pocos metros de su casa pasaba el rio con pequeñas cascadas.
Así que
después del café y tras aceptar la invitación de ellos, los seguimos detrás de
su auto y allá nos fuimos, a medida que íbamos haciendo los km íbamos
adentrándonos en bosques con mucha vegetación, acompañados de un excelente
atardecer.
Al llegar
para nuestra sorpresa Victoria nos llevó hasta un cuarto donde dormiríamos y
nosotros pensamos que deberíamos armar la carpa, así que muy contentos por el
lugar y por cómo nos trataba esta gente empezamos a bajar nuestras cosas para
después sentarnos al lado de ellos a disfrutar del increíble paisaje y de la
tarde que de a poco se iba haciendo noche.
Luego
cenamos todos juntos bien temprano y nos fuimos a dormir al otro día habría
tiempo para conocer el rio y disfrutar bastante del lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario