SEGUINOS EN FACEBOOK!

miércoles, 1 de octubre de 2014

CAPITULO 10

19 de Septiembre: Nos levantamos y teníamos ganas de seguir haciendo algo así que Manuel compro todo para hacer unas milanesas y Pau se puso a cocinarlas, comimos todos juntos y contentos ya que estaban exquisitas.
El día estuvo bastante feo así que nuevamente nos quedamos en la casa de Manuel sin mucho para hacer. A la noche llego un amigo de Manuel que trajo un vacío así que a prender el fuego para hacerlo a la parrilla, esta vez el que cocinó fue Manuel, como siempre todo le sale rico, además del vacío hizo unos brochets de hígado y corazón que estaban para chuparse los dedos, acompañados de unas botellas de vino y muchas charlas como siempre, quedándonos hasta tarde todos juntos.
20 de septiembre: Nos levantamos bien temprano para ir hasta Iguazú a buscar la encomienda que estábamos esperando hacia unos cuantos días. Llegamos a Iguazú retiramos la encomienda e hicimos las llamadas a nuestras respectivas familias antes de abandonar la Argentina por última vez quien sabe uno hasta cuándo.
En menos de 2 horas ya estábamos de vuelta en Ciudad del Este donde nos pusimos a armar la moto muy tranquilos para salir al otro día bien temprano, mientras alistábamos nuestras cosas se nos acercó Dara, la hija de Yohana con un regalito para nosotros, un mono de peluche para que nos acompañe en nuestro viaje así que ahí nomás lo agregamos a nuestro equipaje.
Al rato vino Manuel con sus calcomanías recién hechas (la primera vez que las hace) así que tuvimos el honor de ser los primeros viajeros en recibirlas, automáticamente fuimos hasta la moto a buscarle un lugar donde pegarla.
A la noche cenamos todos juntos tomándonos unos vinitos por última vez en Ciudad del este junto a Manuel y Yohana, como siempre divirtiéndonos mucho, después de la cena nos fuimos a acostar ya que al otro día íbamos a salir bien temprano porque teníamos poco más de 600 km hasta Pedro Juan Caballero.
21 de Septiembre: Nos levantamos a las 5 de la mañana, desayunamos algo y nos vestimos para salir, por suerte ya habíamos dejado todo listo, solo había que despedirse de Manuel y Yohana y salir a la ruta, a las 6 ya estamos rodando muy tranquilos hacia casa de Sabino y Ángela en Pedro Juan Caballero también en Paraguay.
Como nos había recomendado Manuel hicimos el camino más largo yendo como para Saltos del Guairá, pudiendo apreciar hermosos paisajes en este país, el camino con subidas bajadas y muchas curvas, fuimos muy tranquilos por lo que nos llevó unas cuantas horas llegar pero como íbamos despacio no nos produjo tanto cansancio el viaje. Antes de llegar a Pedro Juan entramos en el Parque Cerro Corá, todo totalmente natural, casi que nos quedamos a acampar ahí mismo pero no queríamos fallarle a  Sabino que nos estaba esperando.
Por lo tanto, después del parque solo nos quedaban unos km hasta nuestro destino, al llegar vimos dentro de la casa de Sabino una Falcon gris por lo que me di cuenta que era la de Pablo Luna otro viajero Argentino que está retornando de Alaska así que nos pusimos muy contentos por poder conocerlos y también sabíamos que le íbamos a hacer miles de preguntas.
Entramos a la casa y nos recibió Ángela la esposa de Sabino ya que él se había ido junto a Pablo a comprar algo a la ciudad, así que ahí mismo mientras charlábamos ella nos preparó unas croquetas y milanesas que dicho sea de paso nos vinieron muy bien ya que habíamos pasado todo el viaje a mate y frutas únicamente jaja.
Al rato llego Pablo y Sabino y empezamos a charlar y conocernos, nos dijo que no hacía falta que armáramos carpa que había una habitación para nosotros así que nos acomodamos nos duchamos y a la nochecita nos sentamos todos juntos a seguir charlando y comer una picada que había preparado Ángela.
Al otro día Sabino nos llevó al shopping cosa que no nos gusta ni un poquito pero allá fuimos jaja, acompañados de Pablo sin parar de charlar sobre su viaje y experiencias en los 2 años y 8 meses de travesía.
Por la noche fuimos a comprar una pizzas con Pablo y Sabino, las más caras de nuestras vidas y también las más raras ya que el que pidió fue Sabino y al abrir la caja solo había una con queso, el resto era con carne, cosa rara si las hay.  Comimos las pizzas que al tener el ingrediente carnívoro era realmente una bomba así que con la panza bien llena nos fuimos a dormir.
23 de Septiembre: nos levantamos temprano y Sabino nos llevó en su auto a  hacer los trámites para nuestra salida del Paraguay y entrada a Brasil así al otro día solo tendríamos que subirnos a la moto y partir, hicimos todo bastante rápido y luego junto a Pablo nos fuimos a recorrer un poco la ciudad y a sorprendernos con sus precios, todo realmente barato, cayendo en la tentación de comprar un nuevo bolso para la moto ya que el que estábamos usando a pesar de ser de una excelente calidad no nos era cómodo para sacar algo en particular de adentro ya que se llenaba tipo cilindro, ya con el bolso nuevo y con la idea de poder el viejo, que también es relativamente nuevo volvimos a los de Sabino donde nos esperaban con el almuerzo.
Después del almuerzo ya nos fuimos a armar la moto para salir al otro día y probar cómo funcionaba el bolso nuevo, por suerte después de un rato ya teníamos todo listo quedando muy contentos con la compra, ahora nos quedaría pendiente encontrar el lugar donde vender el bolso que veníamos usando hasta ese momento pero ya encontraríamos oportunidad.
A la noche cenamos todos juntos y a dormir para salir temprano al otro día.
24 de septiembre: Nos levantamos antes de las 6 desayunamos junto a Pablo, un café con leche y sándwich de jamos y queso preparados por Sabino y Ángela y partimos junto hasta la estación de servicio, tanqueamos las motos y nos despedimos ya que Pablito estaba volviendo para Argentina.
El cielo estaba bastante negro pero hacía un calor impresionante por lo que decidimos viajar sin ponernos lo trajes de lluvia. Al rato como lo esperábamos ya estaba lloviendo a cantaros, por suerte seguía el calor así que digamos que se disfrutaba de la lluvia que duraba unos minutos, paraba otros y volvía a arrancar, fuimos por un camino realmente hermoso en las sierras Brasileras con mucha vegetación a sus lados, animales, tucanes y todo tipo de cosas, siempre acompañados por la lluvia y por el calor. Nuestro destino era Bonito a unos 350 km aproximadamente así que fuimos muy tranquilos a una velocidad bastante lenta pero que nosotros la disfrutamos mucho ya que se puede apreciar todo de otra manera.
Al llegar a bonito fuimos a averiguar por un camping y para nuestro presupuesto todo estaba muy caro así que nos quedamos dando unas vueltas ya que Sabino nos había pasado el dato de Ademir que nos esperaría a las 3 de la tarde, pero como habíamos salido bastante temprano eran solo las 11 de la mañana y el calor era impresionante. En eso estábamos parados con la moto tratando de conseguir unas frutas o algo fresco y económico, y apareció un señor en su bicicleta, obviamente hablando en portugués preguntándonos sobre nuestro viaje, como pudimos nos fuimos entendiendo a tal punto que Walmir, así se llamaba nos invitó a su casa para hacer tiempo hasta encontrarnos con Ademir. Al llegar a casa de Walmir nos ofreció un lugar donde poder darnos un baño para refrescarnos ya que la temperatura oscilaba los 35 grados. Terminamos de bañarnos y para nuestra sorpresa nos estaba esperando con un plato de comida para cada uno, muy agradecidos nos sentamos los 3 a comer y mientras pasaba el tiempo cada vez nos entendíamos más, el nuestro castellano y nosotros su portugués.
Después de almorzar nos pusimos a jugar al ajedrez y charlar hasta que llegó la hora de encontrarnos con Ademir así que nos fuimos a la plaza donde habíamos arreglado vernos, en un rato él ya estaba ahí y nos hizo seguirlo hasta su casa. Sinceramente con Ademir nos costó muchísimo más entendernos pero si nos dábamos cuenta de que nos quería ayudar, primero el entendió que nosotros estábamos buscando un hotel o camping cosa que no era así ya que estaba muy caro, además para ese entonces ya teníamos la oferta de Walmir de quedarnos en su casa. Como pudimos nos fuimos entendiendo de a poco hasta que nos dijo que podíamos armar la carpa en el patio de su casa y que mientras nos tomáramos un café junto a su esposa. Mientras ella preparaba el café llegaron Victoria y Oscar, amigos de Ademir, ellos unos señores de unos 60 y tantos años, además de la buena onda que tenían, también entendían bastante bien el español así que cuando llegaron nos pusimos a charlar un poco más y ellos le traducían a Ademir que de a poco iba entendiendo mejor como era el estilo de nuestro viaje, hasta donde pensamos llegar y como lo vamos haciendo, o sea, trabajando, vendiendo calcos y parches y haciendo lo que surja para seguir adelante.
Mientras charlábamos nos comentaron que para conocer el rio también había que pagar si o si ya que todo está privatizado en Bonito y la verdad que era demasiado costoso para nuestro presupuesto, nos agarró un poquito de desilusión y Victoria y Oscar al notar esto nos dijeron que ello Vivian en una chacra a unos 12 km de la ciudad por camino de tierra la cual se encontraba en medio de la naturaleza y a pocos metros de su casa pasaba el rio con pequeñas cascadas.
Así que después del café y tras aceptar la invitación de ellos, los seguimos detrás de su auto y allá nos fuimos, a medida que íbamos haciendo los km íbamos adentrándonos en bosques con mucha vegetación, acompañados de un excelente atardecer.
Al llegar para nuestra sorpresa Victoria nos llevó hasta un cuarto donde dormiríamos y nosotros pensamos que deberíamos armar la carpa, así que muy contentos por el lugar y por cómo nos trataba esta gente empezamos a bajar nuestras cosas para después sentarnos al lado de ellos a disfrutar del increíble paisaje y de la tarde que de a poco se iba haciendo noche.
Luego cenamos todos juntos bien temprano y nos fuimos a dormir al otro día habría tiempo para conocer el rio y disfrutar bastante del lugar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario