SEGUINOS EN FACEBOOK!

lunes, 20 de octubre de 2014

CAPITULO 11

25 de Septiembre: nos levantamos bien temprano y para nuestra sorpresa Victoria nos estaba esperando con un delicioso desayuno, el cual tenía café con leche, jugos recién exprimidos, frutas, pan con queso, pan con manteca, todo realmente delicioso.
Después de este agasajo guiados por la misma Victoria fuimos a conocer el rio y sus cascadas caminando unas cuantas horas deslumbrados por tanta belleza natural, el día estaba realmente hermoso, sumándole que la temperatura del agua es muy agradable nos metimos en cada lugar por el que pasábamos ya que en la caminata cruzábamos de un lado al otro del rio por el agua. Increíble poder ver la cantidad de peces que habitan el lugar, el agua es casi trasparente.
Luego de tanta caminata volvimos  a la casa quedándonos charlando un rato, y conociendo su huerta y animales, así que todos juntos estuvimos todo el día, hasta juntamos los huevos de las gallinas, todo realmente muy lindo para nosotros.
Más tarde llegó la hora del almuerzo así que nuevamente todos juntos nos sentamos  a la mesa a disfrutar de él, cuando terminamos de almorzar, Oscar y Victoria se fueron a dormir la siesta y nosotros nos volvimos al rio, ya que como no queríamos abusar de su buena onda sabíamos que esta seria nuestra última tarde allí.
Más tarde al volver del rio nos encontramos con Ademir que había ido a la chacra a visitarnos, así que todos sentados mirando el hermosos paisaje desde la ventana nos quedamos charlando hasta la tardecita, luego Ademir se volvió para su casa y nosotros nos pusimos a armar la moto para partir al otro día.
Más tarde cenamos y nos fuimos a dormir bien temprano ya que al otro día queríamos aprovechar las horas más frescas del día levantándonos al amanecer.
26 de septiembre: como habíamos planeado a las 5 y algo de la mañana ya estábamos levantados y nuevamente agasajados por Victoria con su exquisito desayuno, luego de esto nos despedimos de ellos, dicho sea de paso nos costó bastante ya que Victoria estaba con una mezcla de tristeza y emoción porque nos íbamos cayéndose sus lágrimas, así que nosotros no podíamos dejar de abrazarla, casi desatamos todo para quedarnos un día más.
Luego de tan linda despedida nos fuimos hasta la ciudad de Bonito donde nos esperaba Ademir para pasarnos algunos datos de Corumbá ya que allí nos esperaba otro motociclista, cuando llegamos él no estaba así que lo esperamos un rato atrasando un poco nuestra salida y ya tan temprano empezó a sentirse muy fuerte el calor.
Al rato llego Ademir, nos pasó los datos, nos despedimos y salimos hacia Corumbá, el camino realmente hermoso atravesando todo el pantanal, teniendo la suerte de ver muchísimas aves y hasta una serpiente Anaconda de no menos de 2 metros de largo, todo increíble para nosotros, lo único malo era el insoportable calor que hacía que quisiéramos parar seguido en cualquier sombra que encontrábamos a hidratarnos y dejar que la moto se le enfríen un poco las cubiertas que parecía que se iban a derretir.
Para la tarde ya estábamos en Corumbá donde nos encontramos con Sergio, Lobos Estradeiros. En un principio íbamos a buscar quedarnos en un camping o en un hotel barato ya que al otro día pensábamos irnos para Bolivia, cabe aclarar que Corumbá es justo la frontera con este país.
Al final Sergio nos dijo que podíamos ir a su casa, pero no sin antes pasar a conocer a un icono del motociclismo también ciudadano de Corumbá, el Viejo do Rio, quien tiene un moto bar en su casa y sobre todo una buena onda increíble.
Luego de esto llegamos a casa de Sergio, no hicimos más que llegar y ya nos regaló un portaherramientas para la moto que nos vino barbaro, en ese mismo momento nos pusimos a colocarlo quedando de maravillas.
Ahí conocimos a su señora a su nieto y a sus suegros, todos nos trataron bárbaro, compartimos la cena, nos dimos un baño y nos fuimos a dormir.
Al otro día junto a Sergio y su familia fuimos a la frontera Brasil-Bolivia a hacer los trámites para nuestra partida que sería el día siguiente. Primero hicimos la salida de Brasil y luego sin hacer la entrada a Bolivia nos fuimos a recorrer todos juntos el primer pueblo, Puerto Suarez, el cual tiene un rio hermoso, con un muelle donde uno puede meterse vario metros adentro del agua, la gente desde ese muelle saltaba al agua dándonos unas ganas bárbaras de hacer lo mismo, lástima que teníamos que ir a  hacer trámites a la frontera Boliviana.
Dejamos este hermoso pueblo para volver al infierno de calor y de gente en la frontera, este es el primer país donde hay que hacer bastantes trámites para el ingreso, digamos que en Brasil y Paraguay es más informal, pero aquí no, te miran todo, hay largas colas y todo lleva su buena cantidad de tiempo.
Así que armándonos de paciencia hicimos la cola para hacer nuestro ingreso a Bolivia y luego ya con los papeles firmados y sellados nos fuimos a hacer la importación temporal de la moto en la cual te controlan hasta el número de chasis.
Luego de esto volvimos a casa de Lobo, donde almorzamos algo y nos fuimos a dormir una siesta para luego armar la moto y salir al otro día.
A la tardecita ya habíamos descansado y teníamos todo listo para salir, así que junto a Lobo y su nieto Luis Miguel nos fuimos a conocer el cristo de Corumbá, su plaza, el puerto y demás lugares típicos, acompañados de unas buenas cervecitas ya que hacía mucho calor.
Al volver a su casa cenamos todos juntos y nos fuimos a dormir bien temprano ya que al otro día teníamos un largo día de ruta.
28 de Septiembre: como habíamos planeado a las 4 a.m. nos levantamos, nos comimos una fruta y luego nos despedimos de Lobo para salir a la ruta mientras se iba haciendo de día, a esa hora pasamos la frontera Brasilera y Boliviana y nadie nos controló nada, pasamos como si nada.
Unos km más adelante nos paró la policía y como nos habían dicho tantas cosas malas teníamos un susto que ni les cuento, pero contrario a nuestras predicciones el policía miro mi registro cedula verde y nos deseó buen viaje, así que más relajados continuamos el trayecto teníamos casi 700 km hasta Santa Cruz de la Sierra donde nos esperaba Manuel Rivero, fuimos los primeros 350 km en medio unos paisajes hermosos, pasando por algunos lugares que debimos habernos quedado, pero como nos esperaban en Santa Cruz seguimos de largo. Después de esos 350 km se vinieron otros 350 con poco paisaje y muchísimo calor, costo bastante ya que los hicimos en las peores horas, vuelvo a pensar que debimos haber parado en algún lugar y hacer noche pero las cosas pasan por algo así que por algo seguimos hasta Santa Cruz, llegando a eso de las 3 de la tarde con un calor que ya no aguantábamos más nada, ni el tráfico, ni los semáforos ni a nosotros, para el que no conoce, esta es la ciudad más poblada de Bolivia y sobre todo muy moderna, muy linda, sobre todo de noche cuando el transito disminuye.
Ni bien llegamos nos quedamos en la cuadra donde vive Manuel, pero no teníamos la dirección exacta por lo que preguntando nos dijeron donde era y allí fuimos a golpear la puerta, él no se encontraba en ese momento pero si su madre la cual nos invitó a pasar a tomar agua, nos ofreció para bañarnos y también un plato de comida, la verdad que muy sorprendidos con este gesto entramos a su casa a charlar con ella. Manuel se encontraba en el rio con sus amigos también motociclistas, lo llamamos por teléfono y nos pusimos de acuerdo para encontrarnos allí.
Al rato de llegar y de entablar mucha buena onda con todos conocimos a Franccesco, un italiano que vive en Bolivia hace unos cuantos años y que habla muy bien el español, el mismo nos ofreció que podíamos dormir en su casa así que junto a todo el grupo cuando se hizo la noche fuimos todos a lo de Franccesco, nos tomamos unos cuantos fernet y después nosotros nos fuimos a dormir temprano ya que no dábamos más, ellos siguieron.
En Santa Cruz nos quedamos 8 días ya que el mismo Franccesco nos consiguió trabajo de meseros en un restaurante/boliche pero dicho trabajo era el viernes y recién estábamos a lunes.
Así que aprovechamos el lunes para descansar quedándonos en la casa todo el día, no somos de ciudad y no nos gustan mucho así que ya tendríamos tiempo de conocerla.
En esa semana hicimos de todo ya que una noche fuimos  a la pizzería de Paolo, primo de Franccesco, también italiano y motociclista con el cual nos divertimos mucho ya que él no habla tan bien español como Franccesco, pero a pesar de eso nos cayó muy bien, un capo Paolo.
También en Santa Cruz conocimos a los trillizos de Franccesco y también a sus padres, compartimos algunos almuerzos con ellos que también nos cayeron de maravillas ya que son unas grandes personas estos tanos, los vamos a extrañar a los nonos, a los nenes y también a Franccesco que nos ha tratado como de su familia los días que estuvimos.
Franccesco además del trabajo de meseros le ofreció a Paula para cuidar a sus hijos durante un día completo cosas que aceptamos con todo gusto.
El miércoles fuimos a encontrarnos con varios grupos de motociclistas, acompañados por Manuel, y otros chicos que habíamos conocido en el rio el primer día, el motivo de encontrarnos con todos estos grupos, era para seguir conociendo gente y también por la solidaridad de Manuel que hablo con todos para que nos ayuden comprándonos calcos y parches, dicho sea de paso vendimos un montón y también hicimos nuevos amigos ya que fuimos entrando en confianza de a poco. Todos juntos nos tomamos unas cervezas por ahí y también junto a Franccesco, Paolo y 2 amigas de ellos luego  nos fuimos a un boliche a hacer nuestra primer salida de noche en el viaje, nos tomamos unas cuantos fernet y volvimos de día a casa de Franccesco, la pasamos realmente bien conociendo esta parte de ciudad y noche de Bolivia que realmente no estaba en nuestro planes.
Esa noche habíamos conocido a José Luis, propietario de las hamburguesas cuadradas, un clásico aquí en Santa Cruz quien nos invitó para que fuéramos al otro día a degustarlas, así que ante tan tentadora oferta allá fuimos, la verdad que increíbles la hamburguesas ya que cuentas con muchísimos ingredientes como ají, salchicha, panceta, choclo, lechuga y algunas cositas más que no me acuerdo. Además de la excelente cena que nos invitaron también junto a su señora y su hija nos llevaron a una feria típica de que se hace en el mes de Septiembre la cual tiene muchas comidas típicas y se destaca por tener muchas cosas en miniatura, desde botellitas y fajos de dinero hasta un paquete de arroz en tamaño minúsculo. En ese lugar José nos hizo unos cuantos regalos para llevarnos de recuerdo. Luego del paseo volvimos a casa de Francesco a dormir ya que al otro día debíamos trabajar por 13 hs seguidas.
Al otros día entramos a las 4 de la tarde al restaurante a armar todas las mesas y preparar el lugar para la noche, aquí a las 7 de la tarde la gente ya empezaba a sentarse para cenar y a las 8 ya la música estaba al tope de sonido, con bandas en vivo y muchísima gente bailando y tomando en cantidades exorbitantes, además de seguir sirviendo comidas durante toda la noche. A ese ritmo estuvimos hasta las 3 a.m. donde empezó a calmarse un poco y entre todos los mozos nos pusimos a ordenar todo, con Pau ya no dábamos más, la falta de costumbre hizo que nos doliera todo pero bueno, bienvenido sea el trabajo para continuar con esta aventura, a eso de las 5 ya estaba todo listo y nos volvimos a casa a darnos una ducha y acostarnos lo más rápido posible ya que antes del mediodía habíamos acordado cuidar a los trillizos.
Así que a las 10 y media nos levantamos, de nuevo una ducha de agua fresca para despabilar y a casa de los padres de Franccesco a encontrarnos con los nenes, Leonardo, Aurora y Franccesca por suerte para nosotros y sobre todo para Pau estos chicos unos verdaderos santos, nos divertimos mucho juntos y también acompañados por sus abuelo que prepararon un almuerzo y cenas espectaculares, para nosotros muy rico todo ya que la cocina italiana es muy parecida a la argentina, ya lo habíamos notado las veces anteriores que fuimos a comer.
Paula ese día se encargó de bañar a los 3 y luego los llevamos al parque, comimos helado y jugamos mucho hasta dormirnos los 5 todos juntos en una habitación
5 de Octubre: nos levantamos bien temprano y mientras Pau cumplía sus últimas horas de trabajo yo me fui a lavar la moto y hacerle el cambio de aceite para salir al otro día hacia Samaipata.

Cuando estaba terminando de hacerle todo a la moto, llego Pau y almorzamos juntos unos sándwich de jamos y luego nos fuimos a dormir una siesta, después de descansar nos pusimos a armar la moto para dejarla lista para salir al otro día. EMPIEZA LA RECORRIDA A BOLIVIA!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario