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domingo, 15 de febrero de 2015

CAPITULO 23 (Barranca - Chimbote)

Nos despertamos el sábado 7 de Febrero en casa de Clever bien temprano, a eso de las 7.  Las motos las habíamos dejado casi listas así que fuimos a la plaza donde nos encontramos con Jorge Ulloa y José Bedoya que habían salido de Lima bien temprano. Primero fuimos hasta el cristo a conocer las playas de día, sorprendente estas costas con sus bahías, piedras y acantilados, nos tomamos unas cuentas fotos todos juntos y volvimos nuevamente a la plaza donde desayunamos unos buenos tamales, panes y jugo de naranja para acompañar.
Ya después del desayuno nos encontramos con los chicos de Barranca para ir todos juntos hasta Huarmey, solo son 100 km así que fuimos bien tranquilos.
Al llegar a Huarmey fuimos a la plaza donde ya había buena cantidad de motos, ahí nos recibieron de lujo los grupos de todos lados de Perú y la gente de Huarmey nos hizo algunas entrevistas.
Después de estar un buen rato en la plaza al rayo del sol y con toda la ropa de moto puesta nos fuimos hasta la playa de Tuquillo donde sería el evento y acampe, allí aprovechamos a sacarnos todo y meternos al agua, la playa esta es paradisiaca, hermoso paisaje y el clima acompañaba fenomenalmente.



Al rato ya llegaron todas las motos y comenzamos a armar las carpas, nosotros, con Javi acampamos al lado de nuestras motos, y nos fuimos también al agua.
Ya estábamos cerca del mediodía y el calor era impresionante así que nos buscamos una sombra y junto a Bedoya, Jorge, Alexis y algunos más nos tomamos unas cuantas cervezas bien frescas.
En el evento todos pagaron su ticket de almuerzo cena y desayuna, el cual nosotros estábamos dudando si pagarlo o arreglarnos por nuestra cuenta ya sea cocinando o comiendo otra cosa por ahí, mientras averiguábamos apareció Alexis que había conseguido estos tickets para nosotros los que veníamos de otro país, así que sin dudarlo fuimos a pedir el almuerzo probando por primera vez el ceviche, que según los peruanos este no era el mejor del mundo, pero realmente estaba riquísimo. Para los que no saben el ceviche consiste en pescado crudo cocinado solo con el jugo de limos, lleva cebolla y sal, exquisito.
Ahí en el encuentro nos divertimos muchísimo todo el día ya que había mucha gente y la mayoría muy interesa en nuestro viaje por lo que anduvimos de charla en charla hasta la noche. También la gran multitud motera colaboro en gran cantidad con nosotros ya que nos compraron muchísimos parches y calcos, también nos convidaron bastante cerveza por lo que llegamos a la noche bastante casados..
En este evento pudimos conocer y reencontrarnos con otros viajeros como Yago (Yago por América), la colombiana Katharin que bajo hasta argentina en una Yamaha Crypton 110 cc y sola, al Mexicano Michael Baldwin que viene desde México en Otra “Yamahita” una súper Teneré 660 cc, y también a Alan, un peruano que viaja en una Honda Falcon como nosotros y la particularidad más grande de su viaje es que solo salió con 50 soles en su bolsillo demostrando que los sueños no se cumplen solamente con dinero.
Lo bueno de cruzarse con esta gente es que entre todos nos motivamos mutuamente, y aprendiendo cosas uno de otros, además de trasmitirnos vivencias, generalmente muy divertidas. También conocimos personalmente a gente con la cual hablamos desde hace mucho por Facebook.
Bueno la cuestión es que a la noche después de cenar y a causa de tanta cerveza ya no dábamos más, con Pau, Javi y Alan nos fuimos a dormir.
Al otro día ya muchos se preparaban para irse pero nosotros no teníamos ningún apuro, estuvimos todo el día en el mar y recién después de ver el atardecer empezamos a desarmar nuestro campamento, solo iríamos a hacer unos 40 km hasta la casa de un personaje del cual muchos no habían hablado. Este señor de nombre Clemente y propietario de un restaurante llamado “La Balsa” en el medio de la nada en el km 347 entre Huarmey y Casma, hace más de 25 años que recibe a los viajeros que pasan por allí, viajeros de todo tipo y nacionalidad!
Así que después de armar salimos con todas las ganas del mundo a conocer a este señor, salimos ya de noche y llegamos rápido, pero eran como las 20:30 hs, suponemos que ya estaría durmiendo porque no nos abrió la puerta, así que como el clima estaba ideal y además estábamos acompañados de un micro que se había roto más una patrulla decidimos dormir ahí en la puerta del restaurante, no armamos carpa ni tampoco sacamos nuestras bolsas de dormir. Solo nos inventamos unas almohadas y con la ropa de moto puesta pasamos una noche hermosa durmiendo muy placenteramente.
A las 6 :30 de la mañana ya estábamos despiertos ya que escuchamos ruidos en el restaurante, Clemente ni bien nos vio nos abrió la puerta y nos invitó a pasar, nos pedía disculpas por no habernos escuchado a lo que nosotros le contestamos que no se haga problema que habíamos dormido muy bien. Empezamos a charlar y nos mostró sus libros de aventureros que día a día le van dejando sus dedicatorias, tiene hasta dedicatorias en japonés, un genio total.
Y como si fuese poco mientras charlábamos con él y su hija Isabel, aparecieron unos platos de lomo saltado con papas fritas y huevos fritos (a las 7 am), increíble.
Así que desayunamos junto a él y su hija, charlamos un buen rato y le firmamos con Javi unos de sus libros, ya estábamos por preparar nuestras cosas para seguir hacia Huaraz cuando también nos ofreció una ducha la cual aceptamos con gusto ya que desde Lima que no nos bañamos, teníamos sal del mar por todos lados. Así que una buena ducha fresca y salimos a la ruta nuevamente con el honor de llevar pegadas la primer calco del Restaurante La Balsa, las cuales se las habían entregado hacia unos días y nosotros fuimos los primeros privilegiados.


Con bastante calorcito salimos acompañados por Javi rumbo a Huaraz, unos 140 km teníamos por delante pero todos en subida, ya a los pocos km nos agarró neblina la cual nos acompañó hasta plena cumple, cuando se terminó esta neblina ya podíamos ver la ciudad de Huaraz a lo lejos, al mediodía estábamos allí.
Teníamos solo una referencia motera y era una explicación así por arriba de cómo llegar a la casa de Fredy con quien nunca habíamos tenido contacto. Fuimos aproximadamente por donde nos dijeron, pero no teníamos el núm. de la casa, por suerte y valga la redundancia pero la suerte nos acompañó y al pasar por la casa de Fredy estaba la puerta de su garaje abierta y pudimos ver una KTM 990 que sabíamos que era suya, golpeamos la puerta y nos recibió muy bien junto a su amigo Herbert, le preguntamos sobre algunos caminos que estábamos interesados en hacer, y también sobre la posibilidad de acampar en al algún lugar o conseguir algo barato donde dormir a lo que su respuesta fue que podíamos quedarnos en su casa a pesar de que el no estaría ya que se iba a trabajar por 10 día a una mina. Con gusto aceptamos, entramos la moto y nos acomodamos en un cuarto. Después nos fuimos a almorzar y nos encontramos con Herbert, que es mecánico y le iba  a hacer un mantenimiento a la moto de Javi que necesitaba revisión en sus frenos y trasmisión.
Más tarde ya nos fuimos a comprar las cosas para llevarnos comida al día siguiente agarrándonos la noche caminando en el centro de Huaraz, bastante grande y pintoresca esta ciudad con sus cerros nevados de fondo y mucho verde por doquier.
Nos fuimos a dormir bien  temprano y nos despertamos bien temprano también, ya que acá estamos en apoca de lluvia las cuales son más probables en la tarde por lo que queríamos aprovechar el día tratando de evitar el agua.
A las 8 de la mañana ya estábamos cargando combustible, el día estaba increíble por lo que podíamos ver a lo lejos los cerros nevados, seguimos camino hasta Carhuaz donde nos desviamos hacia la punta Olímpica, hacemos unos km y llegamos a una barrera, esta era la entrada al Parque Nacional Huascarán y como se imaginaran cobraban entrada, no nos quedó otro remedio que manguear que nos dejen pasar, costó un poquito, pero al contarles sobre todo el apoyo que recibimos en este país se le ablandó el corazón al hombre que trabaja para el Ministerio del Ambiente (el mismo que nos dejó entrar gratis en Reserva de Paracas) y nos dejó seguir gratis abriéndonos la barrera. Ya muy contentos seguimos por una ruta en excelentísimo estado, por lo que debo decirles a todos que los 10 soles que cobran están muy bien pagados, aunque gratis es más lindo jaja.
Íbamos subiendo km a km acercándonos cada vez más a los cerros nevados, al llegar bien arriba después de unas cuantas paradas a sacar fotos nos encontramos con el túnel (uno de los más altos del mundo a 4700 m.s.n.m. ) y por recomendación de algunos decidimos esquivarlo por el camino de tierra que sube a un costado, el principio nos sorprendió con algo de nieve y unas cuantas piedras bien grandes que se notaba habían caído de arriba, hasta ahí venia súper entretenido pero a medida que avanzábamos se iba complicando un poco. Ya íbamos andando por la nieve haciéndose difícil y más avanzábamos más cantidad había, hasta que llegamos a un punto que no podíamos seguir por lo que decidimos pegar la vuelta y pasar por el túnel, no sin antes sacar un par de fotos, tirarnos en la nieve y también tirarnos con nieve!! Nos divertimos mucho junto a Javi y Pau.



Después de estar un rato jugando dimos vueltas las motos, ayudándonos entre los 3 para mover de a una, primero la Tornado y luego la Falcon y seguimos camino. Unos km más adelante llegamos a San Luis y se acabó el asfalto, serían las 12 del mediodía por lo que continuamos viaje por un camino de ripio bastante duro, en nuestro caso tenemos la suspensión de la moto bien ajustada cosa q es más cómoda en ruta pero cuando el camino se pone difícil dan ganas de aflojarla toda por el tuje siente cada una de las piedras y aquí particularmente eran muy grandes. Yendo bastante despacio pero igualmente disfrutando del camino y del paisaje llegamos a Yanama, ya sin cerros nevados y con muchísimo calor, ahí nos esperaba Javi que viaja solo en su moto y con la suspensión más blanda. Comimos unos panes de almuerzo, un par de tragos de agua y nos decidimos a seguir ya que no había mucho para ver. Lo más lindo de Yanama (por lo menos lo que conocimos al pasar) fue una pareja que conocimos que estaba enloquecida con nuestras motos, nos sacamos unas fotos con ellos, le preguntamos cuanto nos faltaba hasta la laguna y seguimos.
Según este chico era solo una hora en nuestras motos, se ve que pensó que son superpoderosas porque tardamos más de tres jajaja.

Después de Yanama el camino empieza a subir nuevamente hasta los 4800 m.s.n.m lugar desde donde podíamos apreciar las increíbles lagunas de color turquesa, parecían que estaban ahí nomás pero nos faltaba como una hora de bajada. No sé si recuerdan pero salimos a las 8 de Huaraz y ya eran como las 6 de la tarde y estábamos allá en la punta del cerro, la idea era acampar en la laguna así que le metimos coraje y seguimos, Javi con más coraje que nosotros se nos fue adelante dándole duro a la Tornado, nosotros cuidando a la Falconeta y también nuestro cuerpo, a mi particularmente no sé qué me pasaba, si sería el frio o qué, pero ya los brazos y las piernas no me daban más, llegamos a las 7 a la laguna y lo primero que hice fue acostarme en el pasto.



Como estaba tan cansado y hacia tanto frio a medida que íbamos bajando me iba automentalizando a no acampar, y eso que me encanta acampar, pero este día no era el indicado y no creí que fuera a disfrutarlo, así que hable con Javi y Pau y decidimos hacer de noche el tramo que nos quedaba hasta Yungay, el próximo pueblo. Tardamos una horita más en hacer esos últimos 35 km pero por suerte al llegar conseguimos un hotel con una habitación muy barata para los tres con agua caliente, cochera para las máquinas y camas realmente muy cómodas, que placer!
Nos acomodamos en el cuarto, cocinamos unos fideos con el mechero y a dormir, casi ni me acuerdo de la comida ya que estaba entredormido pero comí igual.
Al día siguiente nos despertamos,  y nos fuimos a hacer el tan famoso cañón del pato, increíble camino el cual atraviesa no menos de 30 túneles, algunos muy largos, oscuros y en curva. Excelentes vistas tuvimos y a medida que íbamos bajando nos empezó a acompañar el calor así que paramos a comer debajo de un árbol al mediodía, antes con Pau habíamos parado a pedir mangos a una señora la cual muy amablemente nos regaló unos cuantos ya que tenía como 6 cajones llenos, estaban exquisitos, también nos robamos unas tunas que estaban igual de ricas.



Ya a la tardecita llegamos a Chimbote donde nos esperaba Joel, quien nos fue a buscar a la plaza Mayor y nos llevó hasta su casa donde nos alojó a los tres y nos trató de maravillas, para la próxima contaremos con detalles los días que estuvimos en Chimbote!

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