Nos
despertamos el sábado 7 de Febrero en casa de Clever bien temprano, a eso de
las 7. Las motos las habíamos dejado
casi listas así que fuimos a la plaza donde nos encontramos con Jorge Ulloa y
José Bedoya que habían salido de Lima bien temprano. Primero fuimos hasta el
cristo a conocer las playas de día, sorprendente estas costas con sus bahías,
piedras y acantilados, nos tomamos unas cuentas fotos todos juntos y volvimos
nuevamente a la plaza donde desayunamos unos buenos tamales, panes y jugo de
naranja para acompañar.
Ya después
del desayuno nos encontramos con los chicos de Barranca para ir todos juntos
hasta Huarmey, solo son 100 km así que fuimos bien tranquilos.
Al llegar a
Huarmey fuimos a la plaza donde ya había buena cantidad de motos, ahí nos
recibieron de lujo los grupos de todos lados de Perú y la gente de Huarmey nos
hizo algunas entrevistas.
Después de
estar un buen rato en la plaza al rayo del sol y con toda la ropa de moto
puesta nos fuimos hasta la playa de Tuquillo donde sería el evento y acampe,
allí aprovechamos a sacarnos todo y meternos al agua, la playa esta es
paradisiaca, hermoso paisaje y el clima acompañaba fenomenalmente.
Al rato ya
llegaron todas las motos y comenzamos a armar las carpas, nosotros, con Javi
acampamos al lado de nuestras motos, y nos fuimos también al agua.
Ya estábamos
cerca del mediodía y el calor era impresionante así que nos buscamos una sombra
y junto a Bedoya, Jorge, Alexis y algunos más nos tomamos unas cuantas cervezas
bien frescas.
En el evento
todos pagaron su ticket de almuerzo cena y desayuna, el cual nosotros estábamos
dudando si pagarlo o arreglarnos por nuestra cuenta ya sea cocinando o comiendo
otra cosa por ahí, mientras averiguábamos apareció Alexis que había conseguido
estos tickets para nosotros los que veníamos de otro país, así que sin dudarlo
fuimos a pedir el almuerzo probando por primera vez el ceviche, que según los
peruanos este no era el mejor del mundo, pero realmente estaba riquísimo. Para
los que no saben el ceviche consiste en pescado crudo cocinado solo con el jugo
de limos, lleva cebolla y sal, exquisito.
Ahí en el
encuentro nos divertimos muchísimo todo el día ya que había mucha gente y la
mayoría muy interesa en nuestro viaje por lo que anduvimos de charla en charla
hasta la noche. También la gran multitud motera colaboro en gran cantidad con
nosotros ya que nos compraron muchísimos parches y calcos, también nos
convidaron bastante cerveza por lo que llegamos a la noche bastante casados..
En este
evento pudimos conocer y reencontrarnos con otros viajeros como Yago (Yago por
América), la colombiana Katharin que bajo hasta argentina en una Yamaha Crypton
110 cc y sola, al Mexicano Michael Baldwin que viene desde México en Otra
“Yamahita” una súper Teneré 660 cc, y también a Alan, un peruano que viaja en
una Honda Falcon como nosotros y la particularidad más grande de su viaje es
que solo salió con 50 soles en su bolsillo demostrando que los sueños no se
cumplen solamente con dinero.
Lo bueno de
cruzarse con esta gente es que entre todos nos motivamos mutuamente, y
aprendiendo cosas uno de otros, además de trasmitirnos vivencias, generalmente
muy divertidas. También conocimos personalmente a gente con la cual hablamos
desde hace mucho por Facebook.
Bueno la cuestión
es que a la noche después de cenar y a causa de tanta cerveza ya no dábamos más,
con Pau, Javi y Alan nos fuimos a dormir.
Al otro día
ya muchos se preparaban para irse pero nosotros no teníamos ningún apuro,
estuvimos todo el día en el mar y recién después de ver el atardecer empezamos
a desarmar nuestro campamento, solo iríamos a hacer unos 40 km hasta la casa de
un personaje del cual muchos no habían hablado. Este señor de nombre Clemente y
propietario de un restaurante llamado “La Balsa” en el medio de la nada en el
km 347 entre Huarmey y Casma, hace más de 25 años que recibe a los viajeros que
pasan por allí, viajeros de todo tipo y nacionalidad!
Así que
después de armar salimos con todas las ganas del mundo a conocer a este señor,
salimos ya de noche y llegamos rápido, pero eran como las 20:30 hs, suponemos
que ya estaría durmiendo porque no nos abrió la puerta, así que como el clima
estaba ideal y además estábamos acompañados de un micro que se había roto más
una patrulla decidimos dormir ahí en la puerta del restaurante, no armamos
carpa ni tampoco sacamos nuestras bolsas de dormir. Solo nos inventamos unas
almohadas y con la ropa de moto puesta pasamos una noche hermosa durmiendo muy
placenteramente.
A las 6 :30
de la mañana ya estábamos despiertos ya que escuchamos ruidos en el
restaurante, Clemente ni bien nos vio nos abrió la puerta y nos invitó a pasar,
nos pedía disculpas por no habernos escuchado a lo que nosotros le contestamos
que no se haga problema que habíamos dormido muy bien. Empezamos a charlar y
nos mostró sus libros de aventureros que día a día le van dejando sus
dedicatorias, tiene hasta dedicatorias en japonés, un genio total.
Y como si
fuese poco mientras charlábamos con él y su hija Isabel, aparecieron unos
platos de lomo saltado con papas fritas y huevos fritos (a las 7 am),
increíble.
Así que
desayunamos junto a él y su hija, charlamos un buen rato y le firmamos con Javi
unos de sus libros, ya estábamos por preparar nuestras cosas para seguir hacia
Huaraz cuando también nos ofreció una ducha la cual aceptamos con gusto ya que
desde Lima que no nos bañamos, teníamos sal del mar por todos lados. Así que
una buena ducha fresca y salimos a la ruta nuevamente con el honor de llevar
pegadas la primer calco del Restaurante La Balsa, las cuales se las habían
entregado hacia unos días y nosotros fuimos los primeros privilegiados.
Con bastante
calorcito salimos acompañados por Javi rumbo a Huaraz, unos 140 km teníamos por
delante pero todos en subida, ya a los pocos km nos agarró neblina la cual nos acompañó
hasta plena cumple, cuando se terminó esta neblina ya podíamos ver la ciudad de
Huaraz a lo lejos, al mediodía estábamos allí.
Teníamos
solo una referencia motera y era una explicación así por arriba de cómo llegar
a la casa de Fredy con quien nunca habíamos tenido contacto. Fuimos
aproximadamente por donde nos dijeron, pero no teníamos el núm. de la casa, por
suerte y valga la redundancia pero la suerte nos acompañó y al pasar por la
casa de Fredy estaba la puerta de su garaje abierta y pudimos ver una KTM 990
que sabíamos que era suya, golpeamos la puerta y nos recibió muy bien junto a
su amigo Herbert, le preguntamos sobre algunos caminos que estábamos
interesados en hacer, y también sobre la posibilidad de acampar en al algún
lugar o conseguir algo barato donde dormir a lo que su respuesta fue que
podíamos quedarnos en su casa a pesar de que el no estaría ya que se iba a
trabajar por 10 día a una mina. Con gusto aceptamos, entramos la moto y nos
acomodamos en un cuarto. Después nos fuimos a almorzar y nos encontramos con
Herbert, que es mecánico y le iba a
hacer un mantenimiento a la moto de Javi que necesitaba revisión en sus frenos
y trasmisión.
Más tarde ya
nos fuimos a comprar las cosas para llevarnos comida al día siguiente agarrándonos
la noche caminando en el centro de Huaraz, bastante grande y pintoresca esta
ciudad con sus cerros nevados de fondo y mucho verde por doquier.
Nos fuimos a
dormir bien temprano y nos despertamos
bien temprano también, ya que acá estamos en apoca de lluvia las cuales son más
probables en la tarde por lo que queríamos aprovechar el día tratando de evitar
el agua.
A las 8 de
la mañana ya estábamos cargando combustible, el día estaba increíble por lo que
podíamos ver a lo lejos los cerros nevados, seguimos camino hasta Carhuaz donde
nos desviamos hacia la punta Olímpica, hacemos unos km y llegamos a una
barrera, esta era la entrada al Parque Nacional Huascarán y como se imaginaran
cobraban entrada, no nos quedó otro remedio que manguear que nos dejen pasar,
costó un poquito, pero al contarles sobre todo el apoyo que recibimos en este país
se le ablandó el corazón al hombre que trabaja para el Ministerio del Ambiente
(el mismo que nos dejó entrar gratis en Reserva de Paracas) y nos dejó seguir
gratis abriéndonos la barrera. Ya muy contentos seguimos por una ruta en excelentísimo
estado, por lo que debo decirles a todos que los 10 soles que cobran están muy
bien pagados, aunque gratis es más lindo jaja.
Íbamos subiendo
km a km acercándonos cada vez más a los cerros nevados, al llegar bien arriba después
de unas cuantas paradas a sacar fotos nos encontramos con el túnel (uno de los más
altos del mundo a 4700 m.s.n.m. ) y por recomendación de algunos decidimos
esquivarlo por el camino de tierra que sube a un costado, el principio nos sorprendió
con algo de nieve y unas cuantas piedras bien grandes que se notaba habían caído
de arriba, hasta ahí venia súper entretenido pero a medida que avanzábamos se
iba complicando un poco. Ya íbamos andando por la nieve haciéndose difícil y más
avanzábamos más cantidad había, hasta que llegamos a un punto que no podíamos
seguir por lo que decidimos pegar la vuelta y pasar por el túnel, no sin antes
sacar un par de fotos, tirarnos en la nieve y también tirarnos con nieve!! Nos divertimos
mucho junto a Javi y Pau.
Después de
estar un rato jugando dimos vueltas las motos, ayudándonos entre los 3 para
mover de a una, primero la Tornado y luego la Falcon y seguimos camino. Unos km
más adelante llegamos a San Luis y se acabó el asfalto, serían las 12 del mediodía
por lo que continuamos viaje por un camino de ripio bastante duro, en nuestro
caso tenemos la suspensión de la moto bien ajustada cosa q es más cómoda en
ruta pero cuando el camino se pone difícil dan ganas de aflojarla toda por el
tuje siente cada una de las piedras y aquí particularmente eran muy grandes. Yendo
bastante despacio pero igualmente disfrutando del camino y del paisaje llegamos
a Yanama, ya sin cerros nevados y con muchísimo calor, ahí nos esperaba Javi
que viaja solo en su moto y con la suspensión más blanda. Comimos unos panes de
almuerzo, un par de tragos de agua y nos decidimos a seguir ya que no había mucho
para ver. Lo más lindo de Yanama (por lo menos lo que conocimos al pasar) fue
una pareja que conocimos que estaba enloquecida con nuestras motos, nos sacamos
unas fotos con ellos, le preguntamos cuanto nos faltaba hasta la laguna y
seguimos.
Según este
chico era solo una hora en nuestras motos, se ve que pensó que son
superpoderosas porque tardamos más de tres jajaja.
Después de
Yanama el camino empieza a subir nuevamente hasta los 4800 m.s.n.m lugar desde
donde podíamos apreciar las increíbles lagunas de color turquesa, parecían que
estaban ahí nomás pero nos faltaba como una hora de bajada. No sé si recuerdan
pero salimos a las 8 de Huaraz y ya eran como las 6 de la tarde y estábamos allá
en la punta del cerro, la idea era acampar en la laguna así que le metimos
coraje y seguimos, Javi con más coraje que nosotros se nos fue adelante dándole
duro a la Tornado, nosotros cuidando a la Falconeta y también nuestro cuerpo, a
mi particularmente no sé qué me pasaba, si sería el frio o qué, pero ya los
brazos y las piernas no me daban más, llegamos a las 7 a la laguna y lo primero
que hice fue acostarme en el pasto.
Como estaba
tan cansado y hacia tanto frio a medida que íbamos bajando me iba
automentalizando a no acampar, y eso que me encanta acampar, pero este día no
era el indicado y no creí que fuera a disfrutarlo, así que hable con Javi y Pau
y decidimos hacer de noche el tramo que nos quedaba hasta Yungay, el próximo pueblo.
Tardamos una horita más en hacer esos últimos 35 km pero por suerte al llegar
conseguimos un hotel con una habitación muy barata para los tres con agua
caliente, cochera para las máquinas y camas realmente muy cómodas, que placer!
Nos acomodamos
en el cuarto, cocinamos unos fideos con el mechero y a dormir, casi ni me
acuerdo de la comida ya que estaba entredormido pero comí igual.
Al día siguiente
nos despertamos, y nos fuimos a hacer el
tan famoso cañón del pato, increíble camino el cual atraviesa no menos de 30 túneles,
algunos muy largos, oscuros y en curva. Excelentes vistas tuvimos y a medida
que íbamos bajando nos empezó a acompañar el calor así que paramos a comer
debajo de un árbol al mediodía, antes con Pau habíamos parado a pedir mangos a
una señora la cual muy amablemente nos regaló unos cuantos ya que tenía como 6
cajones llenos, estaban exquisitos, también nos robamos unas tunas que estaban
igual de ricas.
Ya a la
tardecita llegamos a Chimbote donde nos esperaba Joel, quien nos fue a buscar a
la plaza Mayor y nos llevó hasta su casa donde nos alojó a los tres y nos trató
de maravillas, para la próxima contaremos con detalles los días que estuvimos
en Chimbote!
Buenas rutas amigos, que les vaya super.
ResponderEliminargracias por la buena onda!! un abrazo grande
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