En Chimbote
nos quedamos unos cuantos días ya que el trato de Joel y de su familia fue
demasiado bueno. Ni bien llegamos a su ciudad nos fue a buscar a la plaza y nos
llevó a lo de José, dueño de un lavadero y amigo de Joel, en donde nos lavaron
a Javier y a nosotros las motos quedando como 0 km.
Ahí mismo
nos tomamos unas cervecitas, veníamos de estar todo el día arriba de la moto
así que no vinieron nada mal y después nos fuimos a la casa de Joel donde nos
acomodamos muy bien, cenamos algo todos juntos y a dormir.
La estadía
en Chimbote fue muy divertida ya que además de Joel estábamos con Javi y unos
días después llego Yago, otros viajero argentino así que ya éramos una banda
importante.
Una mañana,
gracias Joel, pudimos llevar las motos a
hacerle un buen mantenimiento (creo que no le hacía falta) pero allá fuimos, el
taller de Honda en Chimbote nos regalaba el servicio y no queríamos quedar como
desagradecidos, le limpiaron filtro de aire, hicieron carburación, regularon
válvulas y también cambiaron el aceite.
En mi caso
la moto no quedo del todo bien (por algo no me gusta que la toquen mucho) y
tuvimos que regresar al otro día para regulen válvulas nuevamente y miren
algunas cositas, por suerte después de esto la moto volvió a ser la misma y ya
nos quedamos más tranquilos.
En Chimbote,
casualidades de la vida, nos tocó disfrutar en familia el cumpleaños número 19
de Joel, comimos torta, y tomamos un vino que dicho sea de paso acá en Perú son
bastante dulces.
Acá pudimos
conocer a tres clubes de motos, quienes no dudaron en colaborar con nuestro
viaje con la compra de parches, calcos y artesanías. Realmente muy agradecidos
con los chicos y chicas de Club Fz- R Chimbote, Club Pulsar Nuevo Chimbote, y
Club Pulsar Chimbote!
Con el Club
Pulsar Chimbote, la noche del cumple de Joel nos fuimos a comer unos pollos
todos juntos.
Acá en
Chimbote nos separamos de Javi con quien veníamos viajando hacia unos cuantos
días juntos, el piensa llegar a Alaska a mitad de año por lo que sabemos que no
podremos seguirle el ritmo ya que nosotros de acá en adelante cada vez se hará más
necesario trabajar y por lo tanto nuestra ruta seguirá siendo un poco lenta,
pero como siempre decimos estamos felices así que eso es lo más importante,
seguramente Javi continuara con su excelente viaje y ya nos volveremos a cruzar
algún día, un abrazo locoo!!!
Así bien
divertidos fueron pasando los días en Chimbote, hasta que llego el día de
seguir, solo íbamos a hacer unos km hasta Trujillo donde nos quedaríamos en la
casa de Walter Guevara, Yago tenía la misma ruta así que salió el primero en su
Honda Biz a eso de las 9 de la mañana y nosotros salimos una hora después ya
que no terminábamos más de acomodarnos.
Nos
despedimos de Joel, dejamos nuestra firma en su libro de visitas de viajeros y
salimos a la ruta, solo teníamos que hacer poco más de 100 km así que fuimos
bien tranquilos y en la entrada de Trujillo nos encontramos con Yago y más
adelante con Walter y su novia.
Walter nos invitó
a almorzar y fuimos todos juntos, bastante grande la ciudad de Trujillo pero lo
poco que vimos nos pareció mucho más ordenada que otras ciudades del Perú. Como
todo en este viaje cambia cuando terminamos de almorzar nos miramos con Pau y
dijimos de seguir no sé porque lo hicimos pero lo decidimos así, de esta misma
manera Yago que pensaba seguir hasta Chiclayo decidió quedarse en Trujillo en
lo de Walter. Al rato de haber salido ya estábamos arrepentidos, primero porque
estábamos cansados y hacía mucho calor y también porque Walter nos cayó muy
bien como para quedarnos al menos un día charlando, cosas que pasan a veces no
hay que desesperarse, pero esta vez seguimos, despidiéndonos así de Walter, su
novia y también de Yago a quien tampoco sabíamos si volveríamos a cruzarlo.
En cuestión
ya cuando salimos a la ruta nuevamente serian como las 3 de la tarde y hasta
Piura lugar donde nos esperaban, teníamos 420 km. Antes de los 100 km
recorridos, el sueño empezó a invadirme por lo que decidimos parar un rato en
el cual me dormí una buena siesta para continuar más tranquilo. Entre la
paradita a dormir y el ritmo de viaje que fue tranquilo nos agarró la
tardecita, apreciando en pleno desierto como bajaba el Sol en el horizonte y
más tarde la noche, primero nos asustamos un poco porque la ruta estaba en
construcción, no estaba pintada ni tenia carteles que indiquen nada. Pero por
suerte más adelante la ruta paso de estar en construcción a estar 10 puntos por
lo que llegamos sin problemas y a buen ritmo a Piura a las 20:30 hs.
Aquí nos
estaba esperando Marcus un señor de unos 60 años, motociclista y buena onda. Él
nos llevó a un departamento donde podríamos dormir. Este departamento es de la
mama de Ángel un Peruano que está viajando en este momento por Ecuador, ella se
llama Giovanni y nos recibió muy bien en su departamento a pesar de que también
tenía hospedada a otra pareja de motociclistas, ellos eran Cesar de Barranca
junto a su señora, dos personas que nos hubiese encantado conocer antes pero
que al pasar por Barranca se encontraba realizando su propio viaje y no estaban
allí, pero por suerte el destino hizo que nos pudiésemos conocer ahora.
Después de
acomodar nuestras cosas salimos y junto a Cesar, Marcus y algunos integrantes
del Club Fz fuimos a recorrer un poco la ciudad y más tarde a comer unos
choripanes bien argentinos al puestito de Guille (rosarino) y su señora, muy
buena onda esta pareja pero lo mejor sus choripanes (no puedo mentir, estaban
fantásticos).
Después de
comer más de un choripán acompañados de chicha morada bien fresca nos fuimos a
dormir ya que Cesar y su señora al día siguiente bien temprano continuaban
viaje.
Nosotros al
día siguiente nos despertamos a despedir a Cesar y como Marcus nos había
invitado a hacer algunas cosas en día decidimos que nos quedaríamos una noche más
en Piura, por lo tanto nos quedamos un rato más durmiendo y después nos
levantamos a esperar a Marcus quien al mediodía nos pasó a buscar llevándonos
de tour por Piura y alrededores, primero fuimos a almorzar comida china y luego
nos llevó a Catacaos, un pueblo pegado a Piura el cual se caracteriza por sus
excelentes y diversas artesanías.
De ahí ya
nos fuimos a tomar unas cervezas las cuales acompañamos con Ceviche y arroz con
mariscos en distintas oportunidades, más tarde nos fuimos a un bar donde
seguimos tomando cerveza y como para culminar el día volvimos a comer nuestro último
choripán en lo de Guille, ya después de esto nos despedimos de Marcus porque al
siguiente seguiríamos viaje.
Por la
mañana nos levantamos junto con Giovanni con quien desayunamos algo bien
rapidito y salimos, ella se iba a trabajar y nosotros nos quedamos en la puerta
armando la moto para continuar viaje.
Ya hacia
calorcito y eran las 8 de la mañana, por
suerte nuestro destino era bastante cerca, las playas de Lobitos a no mucho más
de 100 km de Piura, hicimos bastante rápido este trayecto y llegamos a unas
hermosas y tranquilas playas donde conseguimos un lugar en el Albergue Punta
Lobitos para acampar gratis, y acá estamos desde ese miércoles 18 de Febrero
que llegamos.
Pudimos
disfrutar muchísimo de la playa, el mar color verde, increíble clima las 24 hs
del día y la buena onda de la gente que uno se cruza en cada lugar.
Acá también nos
encontramos nuevamente con una amigo de Piura, Cristian Solano a quien habíamos
conocido personalmente en Huarmey y habíamos vuelto a verlo a nuestro paso por
Piura, con el fuimos a almorzar y nos presentó a los chicos de Moto Club
Talara, quienes también nos trataron con la mejor onda y esa misma noche nos encontramos
para rutear un rato, comer y tomar algo todos juntos, gracias por la invitación
chicos.!!
Y bueno acá
seguiremos en Lobitos unos días más seguramente ya que está muy bueno el lugar
y además estamos esperando una encomienda de Argentina, un saludo desde la
reposera, mirando el mar!
Pueden subir el mapa o el itinerario por localidades ? Saludos, Andres.
ResponderEliminar